Los números de 2012


Los duendes de las estadísticas de WordPress.com prepararon un informe sobre el año 2012 de este blog.

Aquí hay un extracto:

600 personas llegaron a la cima del monte Everest in 2012. Este blog tiene 3.400 visitas en 2012. Si cada persona que ha llegado a la cima del monte Everest visitara este blog, se habría tardado 6 años en obtener esas visitas.

Haz click para ver el reporte completo.

Internet ha elegido a su siguiente víctima: la Educación (II)


clase tradicional en una escuela americanaComo continuación de la última entrada Internet ha elegido a su siguiente víctima: la Educación que escribí el año pasado y viendo el revuelo que el tema de la educación online ha causado estos primeros días de 2012, he decidido ampliar algunas ideas sobre este tema. A raíz de un titular de la revista Forbes, Is Education the Next Industry That Will Be Killed by the Internet?, escribía la entrada argumentando fundamentalmente la necesidad de un cambio en el paradigma educativo y que podía verse acelerado por el auge tanto en calidad como en cantidad de contenidos online disponibles para la formación en cualquier disciplina. Casi siempre el debate se lleva al papel que deben jugar las nuevas tecnologías en la formación, tanto como herramientas, como disciplinas curriculares. En el caso de tecnologías de la información y las comunicaciones, muchos docentes y profesionales siguen sin admitir la revolución que supone internet, lo que aumenta la brecha digital entre los usuarios y los profesionales o los alumnos y los profesores. Algunas de esta inquietudes las recogía Enrique Dans en una entrada titulada Codecademy, aprendiendo a programar a comienzos de año, donde entre otras cosas interesantes destacaba la frustración de sus alumnos de máster cuando se les habla sobre programación, tanto para los que ya saben que no quieren oír hablar del tema, como los que no saben porque les parece una tarea absurdamente imposible de conseguir. Me uno a esa frustración con mis alumnos cuando empiezan mis asignaturas, aunque alguna sonrisa al terminar el curso me devuelve la esperanza de que no todo está perdido ;-).

propósito de año nuevo de Michael BloombergComo decía, en dicha entrada de su blog que no me resistí a comentar, Enrique Dans se hace eco de de varias noticias en prensa que publicaban como propósito de año nuevo para este 2012 aprender a programar, y cómo esta iniciativa denominada codeyear había recogido 100000 peticiones en las primeras 48 horas de vida. Actualmente pasa de las 300000 y cuenta entre sus participantes a figuras reconocidas como el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg que lo publicaba en su cuenta de Twitter. Si bien es cierto que la startup Codecademy está establecida en Nueva York y que políticamente pueda parecer una propaganda efectista, el resultado es que ahora mismo hay tres veces más alumnos cursando ese programa que en los más de 150 cursos sobre Computer Science que se imparten en Estados Unidos. En dicho programa se recibe con una periodicidad semanal información de tareas, ayudas, material, etc, y si bien no hay prevista interacción entre los participantes no se descarta que haya novedades a medida que vayamos entrando en el año.

aulas vacíasLa incursión de Michael Bloomberg en Codecademy no es la única muestra en los periódicos o en la política del interés que despiertan las nuevas tecnologías y la formación online. Recientemente The Guardian ha lanzado una serie de artículos haciendo campaña para actualizar la formación en colegios de ciencias de la computación, tecnologías de la información y tecnología en general: The Guardian’s campaign to upgrade computer science, IT and technology teaching in schools. No se trata de enseñar a usar ordenadores sino cómo funcionan, es decir, no sólo potenciar el estudio de tecnologías de la información y las comunicaciones sino también el de ciencias de la computación, de forma que el alumno no sólo use ordenadores sino que comprenda cómo funcionan. En dicha serie de artículos destaca entre otros muchos de recomendable lectura, una entrevista a Ed Vaizey, Ministro de Cultura conservador, en la que afirma que es necesario dar el mismo valor a conocer cómo funciona un ordenador como lo es hablar o construir frases correctamente: «Computer skills are the grammar of the 21st century«. Según dice Ed Vaizey en la entrevista, todos vamos a tener una vida online paralela a la nuestra por lo que tener unos mínimos conocimientos de programación nos ayudará a entender cómo está estructurada esa vida digital. Evidentemente las críticas le caen desde el partido laborista en el que argumentan que lo único que ha hecho es dotar a las aulas de una tecnología que los profesores no saben utilizar y que esas partidas de gasto deberían haber ido a formación del profesorado. Antes de que me lluevan las críticas a mi, aclararé que yo soy docente universitario y que me considero bastante al día en nuevas tecnologías e incluso en las materias que imparto. Dicho esto, es justo decir que a pesar de ello, me veo bastante condicionado por los planes de estudio tan compartimentados en asignaturas, cursos y contenidos y por los medios demasiado generalistas que los centros de enseñanza aportan al proceso enseñanza-aprendizaje entre otras muchas cosas. Creo que hay que saber leer entre líneas y sin ánimo de enfrentarme a profesionales y docentes, lo que pedimos es volver a ilusionar con la programación a niños, adolescentes, universitarios y profesionales y evitar ver cómo las aulas se van vaciando día tras día. Es curioso la cara de asombro e ilusión que ves a niños cuando les enseñas un aplicación en un smartphone y les dices que él o ella podría hacer algo similar y la cara que se les pone cuando van a la universidad y aprenden programación… un mundo, y no creo que deba ser así. Siempre veo a profesionales defendiendo que llevan años programando y que su trabajo no está valorado, la intromisión en su sector y otras cosas que no vienen ahora a cuento. Yo en el entorno profesional hablando con programadores si no empiezan hablando de patrones, de la competencia y sobre todo de lo emocionados que están por lo que hacen, e optado por ignorarlos. Entre saber poner una tirita y limpiar una herida a practicar la cirugía o dirigir un hospital hay grandes diferencias; recibir un curso de primeros auxilios no te capacita para una intervención quirúrgica, pero mucha experiencia en el quirófano tampoco lo hace para ser un buen gestor. Si después del curso de primeros auxilios te sientes bien no sólo por ser útil sino porque te resultó atractivo el curso en sí, deberías poder continuar tu formación como especialista sanitario con esa misma ilusión para que después de 10 años (6 de formación y 4 de especialidad al menos en España) seas un buen profesional y además de poner tiritas y limpiar heridas puedas ejercer como profesional de pleno derecho.

la soledad del lápiz en el escritorioLo que me ha gustado de Codecademy es precisamente su énfasis en el carácter lúdico de la formación. Al igual que otro tipo de redes sociales como Foursquare de la que hemos hablado en otras ocasiones, la competitividad y poder compartir los avances  mediante la obtención de condecoraciones en redes sociales como Facebook, lo hace especialmente interesante para continuar con ilusión el curso. Una integración muy interesante de Klout como medida de la actividad online puede ser  precisamente hacia los cursos online adaptando el contenido a nuestra forma de interactuar. Esta puede ser una de las respuestas a la pregunta que llevan muchos años planteando empresas y que siguen sin obtenerla: ¿Cómo encontrar la herramienta de formación online idónea? Está claro que no hay respuesta única, pero todo lo que suponga un acercamiento personal a cada empleado y que facilite el proceso de aprendizaje resulta interesante. Recientemente encontré un artículo que enlaza perfectamente con las ideas que quiero transmitir en esta entrada. Según este articulo, la clave está en compartir y que no sea una mera herramienta online, debe entretener, sorprender y mantener enganchada a la audiencia y deben poder decirlo a sus compañeros. La utilización de redes sociales puede ser de gran utilidad para esto. Insiste en que debe fomentar la competitividad y tomar el aprendizaje como un juego. Además, debe ser fácil incorporar contenidos, vídeos, etc. y también debe ser fácil de usar. Muchas veces las herramientas son tan complejas que asustan o alejan a los participantes. Comprar una plataforma puede ser una gran equivocación, de hecho con el auge de la computación en la nube y del paradigma Software as a Service valorar este tipo de opciones puede ser muy interesante desde el punto de vista económico. Estas herramientas además cuantan con la ventaja de estar orientadas a la cooperación entre pares, punto de máximo interés para el desarrollo de conocimiento compartido fundamental en el proceso enseñanza-aprendizaje.

Codecademy ha intentado captar la atención de las empresas ofreciendo cursos gratuitos de tres lenguajes que forman parte de los lenguajes más utilizados para desarrollo de aplicaciones web: Python, Ruby y Javascript. Aunque su objetivo no está en el sector empresarial por el momento, no lo descartan y han empezado a sortear las críticas contratando ingenieros y profesores de gran Universidades e instituciones de gran prestigio. Como destaca la revista Forbes en su artículo, Codecademy: Next Frontier In Digital Education Movement, este año se han visto varias iniciativas en el mundo de la formación online. La Khan Academy que recibe millones de visitas que buscan adquirir conocimiento sobre las más de 2500 lecciones multidisciplinares o Knewton, más orientada a la elaboración de contenidos personalizados en colaboración con Pearson. La gran innovación de Codecademy consiste en que analizan las respuestas de los estudiantes y su actividad en el curso para conseguir la máxima atención sobre el contenido, eliminando preguntas difíciles de entender o cambiando los contenidos o incrementando el tipo de preguntas que a los alumnos les gusta compartir y les mantiene comprometidos con el aprendizaje. Se trata pues de un sistema en continuo desarrollo donde factores demográficos y otros son tenidos en cuenta para el éxito de la formación. El modelo de negocio no está en cobrar por los cursos dado que son gratuitos, estará basado como dicen sus fundadores en actuar de puente entre alumnos y futuros empleadores o como plataforma de alojamiento de cursos para docentes.

El modelo de negocio basado en la Educación está cambiando. Los cursos y los contenidos están disponibles online por lo que  pagar por ellos hoy en día se reduce a aquellos que además quieren obtener un título o una certificación. Esto está cambiando como se viene argumentando desde hace tiempo y da pie al título de esta entrada. Otras opciones consisten en formar y ofrecer un puesto de trabajo a los alumnos con mejor desempeño o cuyas habilidades han aflorado a lo largo del curso. Las herramientas están diseñadas no sólo para formar sino para capturar esas habilidades. Recientemente leí la que me pareció asombrosa descripción de tres iniciativas para la formación de especialistas en desarrollo de software:  El futuro de la Educación desde el punto de vista del Hacker. Se trata de Code Academy (no confundir con la anterior Codecademy) in Chicago, Dev Bootcamp en san Francisco y Hacker School en la ciudad de Nueva York. Una de las iniciativas forma parte de una de mis empresas favoritas 37signals, entre otras cosas parte fundamental del desarrollo de un framework de desarrollo web gratuito muy utilizado denominado Ruby On rails, por lo que me llamó especialmente la atención. Dado que el acceso a los contenidos online ha dejado de ser un problema, la principal innovación es que ofrecen tutelaje y menthoring a los alumnos por profesionales que son pagados empresas que más adelante contratarán a los alumnos que hayan destacado en el programa. De esta forma se establece un proceso formativo basado en el desarrollo de proyectos integrados en una comunidad de pares y mentores. Los tres programas rechazan la creencia popular de que la programación sea una disciplina académica y la engloban más en un contexto de disciplina autodidacta más comercial y no tan académica como lo pudiera ser el estudio de ciencias de la computación. Según su visión se valora el cumplimiento y la capacidad por encima de títulos y certificaciones. Es sin duda otro punto de vista que ayuda a comprender los cambios que está sufriendo y va a sufrir irremediablemente la Educación por la irrupción de las nuevas tecnologías e internet como principal abanderado.

El modelo de negocio está cambiando, pero no sólo en el sector tecnológico. Recientemente ha salido a la luz un servicio denominado TutorWall de tutorías personales que ofrece a los alumnos y profesores un espacio donde buscar ayuda y ofrecer servicios de tutorías. Ya no hace falta fotocopiar nuestro ofrecimiento de servicios ni recortar las tiras con una tijera, internet se encarga de «pegar el anuncio en todas las farolas» por nosotros. Además de la «pegada», ofrece un espacio de gestión de horarios y de las tutorías. Como dice la web del servicio: ¿Tienes lo que hay que tener para ser un tutor?

Créditos de imágenes a Flickr Nicolas Henderson http://www.flickr.com/photos/texasmarkers/6387668285/,  Derek Bruff http://www.flickr.com/photos/46259794@N02/6561055891/ y Katharine Gould  http://www.flickr.com/photos/kaygould/5127529920/ 

 

Mide tu influencia online y dime de qué pasta estás hecho


everyone has kloutEsta es la primera entrada del año o la última del anterior, según se mire, porque llevo bastante tiempo intentando publicarla, lo que en cualquier caso conlleva una gran responsabilidad. Hablar de influencia online, reputación y popularidad son cosas muy diferentes. Lo que es absolutamente cierto es que éste va a ser el año donde las redes sociales van a ser realmente sociales y de ahí la importancia de medir correctamente esos valores. Las redes sociales como las conocemos y utilizamos ahora son una mezcla de amigos, extraños, organizaciones, marcas y anotaciones bastante confusa. En su lugar van a ir apareciendo cambios para reflejar online la naturaleza de las relaciones humanas: confianza mutua, identidades conocidas y privacidad e intimidad a la hora de compartir información o contenido. Estas relaciones son interesantes en el mundo de los negocios, ya que el cliente como lo conocemos ha cambiado. Y con ese cambio, el concepto de fidelidad ha cambiado por completo. Las redes sociales, los medios digitales, las métricas y la globalización han revolucionado la forma en que las marcas tratan a los clientes fieles. Y es que el CRM ya no importa, la fidelización sí. Casi todos los artículos sobre este tema hablan de reconocer automáticamente al cliente, de detectar su perfil y de adaptar el diálogo, proposiciones y productos relacionados, así como sus preferencias.

fuentes de influenciaEl nuevo marketing está basado en lo que se denomina social proof, es decir, la influencia positiva creada cuando una persona averigua lo que busca porque otros realicen alguna acción. Esta influencia está motivada por la presunción de que la gente que nos rodea posee más información que nosotros sobre un tema concreto. Desde un punto de vista simplista, aprendemos de las acciones de los demás y éste es un elemento a considerar para estudiar y reforzar el comportamiento de los consumidores. Existen diferentes tipos de influencia y no siempre tienen éxito para todos los objetivos planteados, pero merecen especial atención. Así, podemos hablar de cinco tipos de influencia: la de un experto, la de un famoso, la de un usuario, la que procede de la sabiduría de la multitud y la de tu círculo de amigos. Algunos ejemplos y resultados sobre cada uno de esos tipos de influencia podemos encontrarlos en un artículo publicado recientemente en Techcrunch. La influencia de un experto a través de un blog o revista puede tener un gran valor online para aumentar visitas a websites o propagar anuncios de nuevos modelos y productos. En otros casos, la aparición de un famoso asociado a la marca puede resultar más convincente para los consumidores y si surge de forma espontánea a través de medios online como Twitter o blogs su valor puede ser incalculable. La opinión de usuarios es conocida tanto en el marketing offline como online y condiciona en gran medida la compra de productos o servicios. A veces, el mensaje que alude a una multitud es suficiente para atraer nuestra atención, esa coletilla que hemos oído en más de una ocasión «millones de personas no puede estar equivocadas», o aquel «elegido por millones de usuarios», realmente pueden suponer una diferencia a la hora de adquirir un producto. La sabiduría del círculo de amigos es sin duda la aplicación más determinante tanto en términos de efectividad como de alcance por la viralidad con la que puede propagarse por la red. Amigos recomendados por amigos se convierten en los mejores clientes. Consumen el doble, han posibilitado el crecimiento de plataformas de juegos en redes sociales, el lanzamiento rápido de productos, además de realizar contribuciones a blogs y redes específicas donde sus amigos han participado.

Y aquí empiezan los problemas: ¿cómo medir la influencia online? En realidad se trata de la evolución de la monitorización de las conversaciones. Medir el sentimiento es complicado por el contexto demográfico de los implicados. Por un lado es difícil cuantificar en qué medida una acción como hacer un like en Facebook o un retweet en Twitter han motivado o no una decisión final. Por otro lado comparar entre sí los efectos en la influencia online de un like, un retweet, escribir un comentario en un blog o mencionar en una entrada de blog puede resultar una tarea inabordable. Además, hablar sobre un tema no implica una venta necesariamente, aunque sí es cuantificable. Como podemos encontrar en varias referencias, la influencia es contextual y no tiene que ver con los seguidores, hay que examinar la micro escala y dejar de lado la macro escala, el alcance o la amplificación ya que no hay herramientas que verdaderamente midan eso. En general, hay que distinguir influencia y audiencia. Los famosos tienen una gran audiencia pero poco poder para afectar a la toma de decisiones. Por otro lado hay verdaderos expertos en un tema que no cuentan con una gran audiencia pero sí gran influencia. Como lo describió Seth Godin: Small is the New Big. Cuando trabajamos con medios convencionales la practica común es asociar audiencia a influencia ya que no existen muchas herramientas para comprender los fundamentos de la toma de decisiones. Extrapolar esta igualdad a los medios sociales es un error gravísimo ya que las conversaciones online están basadas en la calidad más que en la cantidad.

klout badgesUno de los mayores expertos en reputación online, Oscar del Santo, escribía recientemente una entrada en su blog sobre el auge de los medidores de influencia. En dicha entrada destaca que al contrario de lo que sucede en las campañas de marketing tradicional, los resultados al utilizar medios sociales son acumulativos, por lo que la reputación online y el personal branding son nuevos caminos a tomar sin posibilidad de marcha atrás. Un aspecto no entendido y que es causa común de insatisfacción es que es necesario distinguir influencia offline y online. Al medir la influencia online se trata de medir cómo se dispersa el contenido por las distintas redes sociales, más allá de cuantificar retweets, menciones, +1 o likes. Hay varias alternativas para medir la influencia, según se contemplen métricas mas o menos cercanas al mundo convencional. Peerindex es quizás el más cercano a la realidad y muestra una calificación obtenida a través de métricas como autoridad, resonancia, audiencia o actividad en distintos temas de interés, aunque no utiliza demasiadas redes para recuperar las interacciones. Por otro lado, Kred se basa en la transparencia, ya que además de una fórmula pública para calcular la calificación final en base a la influencia y alcance de un usuario en Twitter (por el momento), es posible consultar todas las operaciones que han dado puntos y permite incluir pruebas de la influencia en el mundo offline enviadas a través de correo electrónico a los desarrolladores de la aplicación. Pero sin duda el que resulta más atractivo y más criticado a la vez es Klout (en inglés informal significa poder o influencia y fonéticamente se escribe klout). Se trata de una herramienta que permite calcular de forma unificada una puntuación sobre la influencia online a través de la actividad de un usuario en varias redes sociales, que incluyen a generalistas como Facebook y Google+, a otras más específicas como LinkedIn, blogging o microblogging como Blogger, WordPress, Tumblr y Twitter, de fotografía como Flicker, Instagram, música y vídeos como last.fm o YouTube y de geolocalización como Foursquare, de la que ya hemos hablado en más de una ocasión. Precisamente de esta red toma algunas de las ideas que lo hacen especialmente atractivo y a la vez criticado: es posible conseguir condecoraciones por determinadas acciones realizadas en Klout, como entrar frecuentemente, conceder crédito (+K) a personas de influencia o crear listas de temas y personas influyentes. Como dice Oscar del Santo estamos empezando a medir influencia y reputación online y es la tendencia a pesar de no ser fiables.

score de KloutPersonalmente Klout me parece una apuesta interesante diferente al resto de indicadores y herramientas. El hecho de que funcione en parte como un juego y lo haga competitivo resulta fundamental para la gente que está empezando o que quiere evaluar si una estrategia online de acercamiento a una comunidad está funcionado o no. Otro de los elementos que lo hacen sumamente atractivo es que proporciona una API para desarrollar extensiones o aplicaciones propias, lo que ha permitido incorporarlo de forma estándar a herramientas como Hootsuite o como plugin en Twitter. Agrupar en un único número la actividad en varias redes sociales es muy atractivo, más si tenemos en cuenta los planes de expansión a otras redes y las que actualmente contempla. Como se ha recalcado en diferentes medios, se trata de una herramienta para buscar influencia online, actividad en la red, es decir, cómo el contenido se dispersa y quién lo hace realmente bien sobre un tema concreto, por lo que independientemente de si lo que mide realmente es la influencia o no, aporta valor. Una de las posibilidades inmediatas que ofrece es la posibilidad de acceder a determinados premios a modo de incentivos, cerrados a un conjunto de usuarios influyentes en un tema concreto y cuya calificación otorgada sea superior a una cantidad. Esto permite dirigir campañas de marketing a un grupo de personas influyentes en el mundo online muy segmentado lo que hace de Klout una utilidad muy atractiva por encima de otras críticas. La mayor parte de dichas criticas se refieren a la falta de transparencia en el cálculo de la calificación final otorgada, la limitación en cuanto al número las redes sociales monitorizadas y fundamentalmente en cuanto a falta de privacidad al aparecer actividad en redes supuestamente configuradas con nivel de privacidad alto y dificultades en darse de baja del programa. Además, Klout realiza recomendaciones para mejorar la puntuación, informando de la actividad y resultados obtenidos por otros usuarios, lo que parecía una invitación a alejarse de usuarios con Klout bajo.

Megan Berry en SXSW presentando Klout al estilo de TexasOtro de los elementos diferenciadores de Klout es cómo se han hecho hueco para ser considerados como ellos mismos dicen «el estándar de influencia». En la foto de la derecha podemos ver a Megan Berry, Marketing manager de Klout en una fiesta celebrada en Texas como evento de presentación de la herramienta. No es la única ya que como podemos ver en la retrospectiva de su web, durante este año no sólo han desarrollado la herramienta sino toda una cultura/comunidad a su alrededor. En una entrevista realizada a Megan Berry, explicaba qué es influencia para Klout y cómo se medía. De esa entrevista se deduce que si bien no queda claro qué mide realmente, puede utilizarse para comprender como se propaga un mensaje. Klout define influencia como la capacidad de motivar una acción en medios sociales. Esa influencia se compone de tres métricas principales, el alcance real, la amplificación y la red, cuyos valores se miden diariamente en función del número de gente que se influye, cuánto se influye y la influencia de aquellos involucrados por mi acción. A pesar de aportar casos de estudio de marcas que usan Klout e indicar qué significa influencia y cómo está calculada la puntuación final, Klout sigue teniendo sus detractores que argumentan la falta de transparencia en la puntuación, las bajas puntuaciones obtenidas por gente influyente en el mundo real cuya actividad online es nula y la reducción a un número de la influencia, etiquetando a las personas por un número. La crítica más constructiva realizada a Klout es que toma como medida de la influencia la actividad en la red, con independencia de la calidad de dicha actividad. La influencia depende de cuánto converses no de cuanto hables, aunque en Klout eso no se tiene en cuenta de forma directa. En boca de su CEO, Joe Fernández, todo el mundo es experto en algún tema y Klout permite medir esa influencia online. La media es una puntuación de 20, 30 es considerado influyente y a partir de 50 se considera élite en ese tema. Tener una puntuación alta es atractivo por muchos motivos, pero como dice su CEO de forma inmediata para tener acceso a los incentivos (perks). A pesar de que reducir la influencia a un número es peligroso y complicado, esta puntuación es pública y empieza a formar parte de los currículum vitae que se manejan en el entorno online.

matriz de influencia de KloutSin duda las mejores aportaciones que realiza Klout al mundo de la influencia online es que además de agrupar la actividad en distintas redes sociales en un número, nos asigna temas en los que somos influyentes y que podemos modificar y que nos permite crear nuestra propia lista de personas, a modo de círculo de influencia, que pueden recibir u otorgar crédito (+K) sobre los temas elegidos. De esa actividad, además de la puntuación final, se nos situará sobre una matriz de influencia reconociendo así nuestra labor de socialización. Como dice Mark W. Schaefer, autor del libro próximamente a la venta “Return On Influence: The Revolutionary Power of Klout, Social Scoring, and Influence Marketing” tal vez Klout no sea el estándar de la influencia, pero sí hay una cosa que hace bien: medir cómo se mueve el contenido por la red y cómo reacciona la gente ante él. Por tanto, no sólo estamos etiquetados por un número sino por un estilo en nuestra forma de interactuar con los medios online, el cual podemos ver cómo evoluciona de acuerdo a nuestros intereses desde mero observador hacia explorador o aficionado y de estos a especialista o investigador en sus perfiles más extremos. Schaufer indica cómo podemos incrementar nuestra puntuación con siete sencillos pasos: construir una comunidad comprometida con nuestro mensaje, crear contenido interesante para ser compartido, comprometer a la audiencia con el diálogo, ser consistente y no buscar atajos, interactuar con toda la comunidad independientemente de su puntuación, publicar en diferentes redes y por último no darse por vencido si las puntuaciones no son las esperadas. No olvidemos que la monitorización es continua por lo que disponemos de todos los elementos a nuestro alcance para probar distintas estrategias, temas, contenidos y redes para producir el resultado esperado.

El personal branding como ha sido descrito por Dan Schawbel en su libro «Me 2.0: 4 Steps to Building Your Future«, se ha convertido en un elemento imprescindible para fijar la estrategia online y offline de cada uno de nosotros. Como comentaba hace tiempo en una entrada del blog sobre social media aplicado al empleo los departamentos de RRHH consultan en redes sociales profesionales o generalistas buscando información sobre nuestra actividad en la red. No se trata de descartar condidatos sino de incorporar el talento a sus centros de trabajo, por lo que construir una puntuación alta en Klout puede servir para llamar la atención sobre nuestros perfiles a muchas empresas. El acceso a un puesto de trabajo es cada vez es más complicado y las empresas necesitan información de la idoneidad de una persona a una posición que con toda probabilidad será cercana al mundo online. La monitorizacion de candidatos es una práctica cada vez más extendida y los resultados de dicha monitorización según muestra el informe son muy interesantes.

La puntuación de Klout o el estilo de interacción según la matriz de influencia no sólo es interesante para buscar trabajo o seleccionar candidatos, también lo es para acercarnos a los clientes de nuestro producto o servicio. La abundancia de canales hace que sea complicado que nuestro mensaje llegue adecuadamente a los clientes. No basta con estar en las redes sociales, debemos comunicar eficazmente. Necesitamos conocer el producto y las personas a las que dirigimos el mensaje, de esa forma conseguiremos emocionar e influir al cliente. Sólo a través de estos dos objetivos es como entregamos a nuestros consumidores la verdadera personalidad de nuestra marca y los valores que la definen. De nuevo Klout puede ser de utilidad no tanto por la puntuación sino por el estilo de interacción online asignado. Ese estilo nos define en nuestra forma de participar en las redes y puede servir para enfocar el mensaje en la forma que sepamos que más influye a cada uno.

Internet ha elegido a su siguiente víctima: la Educación


internet ha elegido a su siguiente víctima: la EducaciónEsta entrada iba a incluirla dentro de las lecciones no aprendidas del siglo XXI, pero no tenía claro que realmente la lección haya sido aprendida. En cualquier caso empieza a verse el cambio. Recientemente leí un artículo en la revista Forbes sobre este tema, en relación a la enseñanza universitaria. Según este artículo cuyo título me pareció impactante, Is Education the Next Industry That Will Be Killed by the Internet?, la calidad y cantidad de contenidos disponibles online para la formación en cualquier disciplina, así como la variedad de medios, parece una seria amenaza a las instituciones que basan su negocio en la docencia presencial. Uno de los elementos que los mantiene seguros en su torre de marfil es la necesidad de realizar exámenes para finalmente obtener la certificación o titulación estudiada. Sin embargo, eso está cambiando en el momento en que instituciones tan prestigiosas como el MIT han decidido ofrecer la posibilidad de obtener certificaciones online. Otras como Yale, Stanford o la London School of Economics ofrecen cursos similares e incluso titulaciones con un coste muy inferior al presencial. De esta forma, se plantean dos cuestiones interesantes, por un lado la posibilidad de cursar estudios a distancia con el consiguiente ahorro y por otro lado, la incógnita que se presenta a medio plazo para las personas que quieran iniciar una carrera profesional en el mundo de la docencia donde es previsible que sobren plazas. Quizás, la posibilidad de dedicar más tiempo a la investigación en lugar de a la docencia presencial tenga sentido en este nuevo esquema que se presenta.

¿Es este el fin de algunas instituciones educativas o de la Educación como la conocemos? ¿estamos ante una revolución similar a la ocurrida con la prensa escrita o la música? La desintermediación que supone la conversión de negocios al mundo online ha supuesto un duro varapalo a las discográficas, a la prensa escrita y a muchos otros sectores. Estas ideas aparecen en el manifiesto cluetrain cuando habla de cómo se serializó la producción para más tarde serializar a los trabajadores convertidos en elementos reemplazables y más tarde a los clientes que se convirtieron en consumidores. Como este manifiesto explica, la llegada de los mass media e internet llevó de manera casi inconsciente a la serialización de los mercaderes convertidos en meros intermediarios desprovistos de su faceta creadora, lo que en aras de la eficiencia lleva a su eliminación. ¿Es esto lo que le espera a la Educación? Todo lo que suponga un obstáculo entre productores y consumidores será eliminado.

estímulos para el alumno dentro y fuera del aulaNecesitamos un cambio de paradigma en la Educación. Algunas ideas han sido esbozadas en sus múltiples conferencias por Sir Ken Robinson. Sus ideas han sido recogidas en algunos libros, y sus charlas en el TED han sido calificadas como imprescindibles, pero como resumen para esta entrada voy a utilizar como hice anteriormente para hablar sobre motivación e innovación en la educación,  una charla que pronunció en la Royal Society for the encouragement of Arts, Manufactures and Commerce (RSA) en Londres en 2010 ilustrada en el video http://www.youtube.com/watch?v=zDZFcDGpL4U. En este vídeo que invito a todos a ver, Robinson habla de la reforma de la educación pública fundamentada por cuestiones económicas y culturales. Además, argumenta que esta reforma no se realiza adecuadamente, ya que para resolver esos condicionantes, se utilizan supuestos verdaderos en el pasado pero que ahora no son ciertos. Por ejemplo, el supuesto de que si estudias y te esfuerzas en esta tarea conseguirás un trabajo. Eso no es garantía hoy en día y además puede obligarte a sacrificar tus principios lo que genera mayor desconfianza. A todo esto hay que añadir que el actual sistema educativo está diseñado para una época cultural muy diferente, la Ilustración y un contexto socioeconómico que poco tiene que ver con el actual, la revolución industrial. En ese contexto, con un marcado carácter clasista, se divide a las personas por su capacidad de realizar razonamiento deductivo o su conocimiento de los clásicos; es lo que hemos heredado y el paradigma que seguimos utilizando para referirnos a la medida de la inteligencia o al establecimiento de una capacidad académica.

pensamiento divergentePara argumentar su disertación, Robinson elabora dos ideas adicionales. Por un lado la abundancia de medios externos (ordenadores, teléfonos inteligentes, consolas de videojuegos, bombardeo de anuncios o la posibilidad de ver cientos de canales de televisión) que actúan de estímulos para el alumno y que han apartado a este de las clases tradicionales y la pizarra. Esto ha desembocado en el diagnóstico de multitud de casos del TDAH (trastorno del déficit de atención e hiperactividad) y la medicación para corregirlo. Por otro lado, es interesante la comparación que hace de las escuelas con las fabricas: timbres, muros para separar instalaciones por edad, sexo, etc, asignaturas compartimentadas, estandarización de horarios, grupos y más, sin pensar si es o no idóneo para cada alumno. Hay alumnos que prefieren estudiar por la noche, otros por el día, algunos prefieren grupos numerosos, otros se encuentran más a gusto en grupos más pequeños. La charla concluye proponiendo nuevas formas de medir la capacidad intelectual de un individuo, que tienen que ver con la creatividad, la posibilidad de ver varias soluciones a un mismo problema o el pensamiento colectivo en grupo, el pensamiento divergente. A raíz de un estudio llevado a cabo a varios alumnos desde la guardería hasta la adolescencia, observó como su capacidad de resolver un problema era inferior conforme pasaba el tiempo y estaban más inmersos en el proceso de escolarización.

Ese cambio de paradigma que propone Ken Robinson se ha visto acelerado con la aparición de Internet. La explosión de dispositivos, tecnologías y medios para la formación en la última década es impresionante. Aunque no está clara la participación de grandes fabricantes en el sector de la educación, podemos reconocer hoy en día algunos guiños hacia ella. El discurso de graduación de Steve Jobs de 2005 en Stanford resulta idóneo como homenaje póstumo para acompañar las ideas de Robinson en su defensa por las artes y el fracaso del sistema educativo. Steve Jobs nunca llegó a graduarse, aunque sí llegó a formarse. Podemos encontrar algunos artículos que mencionan a Apple como figura clave de las tecnologías utilizadas en el aula, aunque no dejan claro si forma parte de la revolución o no. En su defensa, me gustaría destacar que Apple es una empresa que ha desarrollado productos intentado destacar la creatividad frente a la productividad. Es interesante observar que la mayor parte del software desarrollado en las últimas décadas está orientado a la administración, no a la formación, sino al control centralizado de la información. Apple introdujo el iPod en las aulas y con él llegaron herramientas para producir y distribuir podcast, lo que introdujo de forma masiva esta tecnología en la población y el sector educativo. Otro gran ejemplo es la facilidad de desarrollo de aplicaciones para tablets y teléfonos inteligentes. Gracias a la aparición de estos dispositivos empiezan a cambiar algunas ideas sobre computación o supercomputación y su aplicación en las aulas.

Internet ha traído consigo el despertar de los aspectos sociales al mundo real, donde las redes sociales como Google+, Facebook o Twitter han encontrado en la Educación el sector que deben revolucionar. El sistema educativo debe fomentar la cooperación y ese es el punto fuerte de estas redes. La privacidad y el control de los contenidos marca la tendencia en el uso de unas y otras. En el caso de Google+ podemos encontrar artículos que lo erigen como idóneo para compartir información, ya sea por su facilidad para controlar el acceso a contenidos en sus círculos o por la integración con otras aplicaciones de Google. Más allá de este análisis, surge la pregunta de si el contenido debe o no estar abierto a todo el mundo, es decir, ser público. La facilidad que presenta Twitter para este cometido gracias a las menciones y retweets y la posibilidad de seguir conversaciones o hashtags siempre públicos lo hacen, al menos para mi, mucho más interesante. Además, la inmediatez y espontaneidad de las conversaciones es un elemento clave en el proceso enseñanza-aprendizaje, frente al carácter cerrado y estático de los sistemas tradicionales de e-learning. Limitar o no lo que se comparte, es decir, por qué esta entrada del blog por ejemplo, debo restringirla a mis colegas de profesión pero no a mis alumnos, amigos o familiares, pone en duda la validez de los círculos de Google.

Por último, resulta interesante para reforzar el mensaje inicial de internet como catalizador del cambio, que hayan aparecido recientemente en escena empresas que tradicionalmente no han estado vinculadas al sector educativo en el plano formativo. Es el caso de Microsoft, cuyos intereses han estado vinculados a la productividad y administración, pero no directamente como elemento clave del proceso. Recientemente ha dado a conocer una red social So.cl que permite a los estudiantes compartir contenidos y que les proporcionará un nuevo entorno cooperativo para la formación.

La web está muerta (II), el correo electrónico también


tumbasDespués de los comentarios recibidos en el blog, la cuenta de Twitter y correo electrónico, amén de otras charlas improvisadas a través del muro de Facebook y por supuesto en persona, continúo reflexionando sobre las ideas esbozadas en la entrada titulada La web está muerta, llega la era de las internet-apps y añado otras adicionales. En esta entrada comentaba que las previsiones que había realizado George Colony (CEO de Forrester Research) similares a las de Chris Anderson un año antes e incluso mucho antes en 1997, habían pasado desapercibidas. Ambos intentar justificar la tendencia al desarrollo de aplicaciones para tablets y dispositivos móviles como forma de acceder a la información utilizando nuevas tecnologías y protocolos, lo que supone un retroceso en los protocolos fundamentales de la web. Otras voces como la de Dave Winer se han alzado rápidamente, de hecho escribíó varias entradas en su blog en dos días, para indicar que esa noticia además de falsa no es nueva y que utilizar aplicaciones para acceder a contenidos no es ni mucho menos la solución a los problemas de sectores como el de la prensa escrita. Para argumentar su postura indica que es el usuario final el que tiene la palabra y que todo lo que le permita concentrarse y disfrutar de la lectura será bien recibido, pero en caso contrario, simplemente dejará de usar esas aplicaciones en beneficio de aplicaciones sencillas como los navegadores: link and play ;-). Yo por mi parte indicaba que es importante provocar un sentimiento al usuario, que los desarrolladores deben entender la importancia de este aspecto, no sólo a la hora de ofrecer un producto agradable al usuario, sino durante el proceso de desarrollo. Esto implica la necesidad de adoptar el rol de gestor de comunidades además de la de gestor de proyectos, lo que necesariamente nos lleva a definir y utilizar nuevas metodologías de gestión y de desarrollo que tengan en cuenta ese aspecto social al que me refería.

evolución de protocolos del consorcio web w3cLa muerte de la web tal y como la conocemos o es habitualmente descrita ha sucedido hace tiempo. Cuando Tim Berners-Lee concibió su sistema para compartir información trabajó en tres grandes frentes: un protocolo de localización de recursos (URL), un protocolo de comunicación para la arquitectura (HTTP) y un lenguaje de presentación (HTML). Sin embargo, desde el comienzo a través del Consorcio de la World Wide Web (w3c) se ha dirigido y planificado su evolución hacia el gráfico de la derecha en el que se observan los cambios, fundamentalmente en el ámbito de los lenguaje de presentación y en el intercambio de mensajes para la integración de servicios y aplicaciones. A raíz de la conferencia LeWeb han ido apareciendo artículos justificando la muerte de la web desde varios ángulos, aunque quizás insistiendo más en la evolución. Así, hablan de que no es necesario utilizar el protocolo HTTP sustituido en algunos navegadores y dispositivos móviles por SPDY, o que además de XML se utiliza JSON para el intercambio de información, y otros avances en la seguridad y confidencialidad de la información, corrigiendo protocolos antiguos (TLS, DNSSEC, etc) para adaptarlos a la nueva realidad de la computación en la nube y más. Otro de los argumentos más utilizados es la pérdida de productividad producida por navegadores como Internet Explorer versión 6 (IE6) que no soportan las recomendaciones de los organismos oficiales e implementan su propio sistema de renderizado. Esto implica un sobrecoste del desarrollo web al tener que duplicar esfuerzos y proporcionar estilos para navegadores estándar y para IE6 simultáneamente. Algunos portales (YouTube, Google, …) se plantearon en su día negar la entrada a sus servicios, advirtiendo a los usuarios que la utilización de este navegador no respetaba los estándares y suponía una pérdida considerable de la experiencia de usuario. Otros artículos recientes llegan más lejos e invitan a ésta y a todas las versiones de Internet Explorer incluso las modernas a que mueran definitivamente. Por último, otro de los argumentos utilizados recientemente, es la aplicación de patentes por determinadas compañías que dificultan la adopción de las nuevas tecnologías para los navegadores.

El otro elemento del titular hace referencia al correo electrónico, concretamente a la muerte del correo electrónico. En este caso la muerte del email tiene que ver con la socialización de la comunicación y el auge de tecnologías móviles. Hay muchos estudios que indican que efectivamente hay una reducción en el consumo y consulta de correo electrónico por adolescentes en Estados Unidos a través de una interfaz web. Las razones son el auge de las redes sociales y la tendencia al alza del consumo desde dispositivos móviles, lo que si bien es cierto para el ocio, puede no ser válido en entornos laborales o profesionales. Otros artículos van un paso más allá y hacen un enfoque mucho más orientado al entorno laboral; es el caso del reciente artículo firmado por Steve Gillmor antiguo redactor de ZDnet. Gillmor indica cambios en la forma de utilizar el correo, sólo como archivo, dado que las notificaciones de iPhone y otros dispositivos similares son suficientes y no hacen necesario abrir una aplicación o un cliente de correo. Otros momentos interesantes de sus argumentos están en la comparación que hace del correo electrónico y Twitter: la evolución de los campos de cc (en copia) y bcc (copia oculta) de los mensajes de correo electrónico por @mention y DM en cada tweet. Así, la utilización de @mention hace que la conversación llegue no sólo a los destinatarios sino a los followers de cada uno, lo que lo hace especialmente interesante para compartir información. En el caso de querer mantener la privacidad entre los participantes, los mensajes directos (DM) son la solución al problema tan frecuente en el entorno de los negocios.