Esta es la primera entrada del año o la última del anterior, según se mire, porque llevo bastante tiempo intentando publicarla, lo que en cualquier caso conlleva una gran responsabilidad. Hablar de influencia online, reputación y popularidad son cosas muy diferentes. Lo que es absolutamente cierto es que éste va a ser el año donde las redes sociales van a ser realmente sociales y de ahí la importancia de medir correctamente esos valores. Las redes sociales como las conocemos y utilizamos ahora son una mezcla de amigos, extraños, organizaciones, marcas y anotaciones bastante confusa. En su lugar van a ir apareciendo cambios para reflejar online la naturaleza de las relaciones humanas: confianza mutua, identidades conocidas y privacidad e intimidad a la hora de compartir información o contenido. Estas relaciones son interesantes en el mundo de los negocios, ya que el cliente como lo conocemos ha cambiado. Y con ese cambio, el concepto de fidelidad ha cambiado por completo. Las redes sociales, los medios digitales, las métricas y la globalización han revolucionado la forma en que las marcas tratan a los clientes fieles. Y es que el CRM ya no importa, la fidelización sí. Casi todos los artículos sobre este tema hablan de reconocer automáticamente al cliente, de detectar su perfil y de adaptar el diálogo, proposiciones y productos relacionados, así como sus preferencias.
El nuevo marketing está basado en lo que se denomina social proof, es decir, la influencia positiva creada cuando una persona averigua lo que busca porque otros realicen alguna acción. Esta influencia está motivada por la presunción de que la gente que nos rodea posee más información que nosotros sobre un tema concreto. Desde un punto de vista simplista, aprendemos de las acciones de los demás y éste es un elemento a considerar para estudiar y reforzar el comportamiento de los consumidores. Existen diferentes tipos de influencia y no siempre tienen éxito para todos los objetivos planteados, pero merecen especial atención. Así, podemos hablar de cinco tipos de influencia: la de un experto, la de un famoso, la de un usuario, la que procede de la sabiduría de la multitud y la de tu círculo de amigos. Algunos ejemplos y resultados sobre cada uno de esos tipos de influencia podemos encontrarlos en un artículo publicado recientemente en Techcrunch. La influencia de un experto a través de un blog o revista puede tener un gran valor online para aumentar visitas a websites o propagar anuncios de nuevos modelos y productos. En otros casos, la aparición de un famoso asociado a la marca puede resultar más convincente para los consumidores y si surge de forma espontánea a través de medios online como Twitter o blogs su valor puede ser incalculable. La opinión de usuarios es conocida tanto en el marketing offline como online y condiciona en gran medida la compra de productos o servicios. A veces, el mensaje que alude a una multitud es suficiente para atraer nuestra atención, esa coletilla que hemos oído en más de una ocasión «millones de personas no puede estar equivocadas», o aquel «elegido por millones de usuarios», realmente pueden suponer una diferencia a la hora de adquirir un producto. La sabiduría del círculo de amigos es sin duda la aplicación más determinante tanto en términos de efectividad como de alcance por la viralidad con la que puede propagarse por la red. Amigos recomendados por amigos se convierten en los mejores clientes. Consumen el doble, han posibilitado el crecimiento de plataformas de juegos en redes sociales, el lanzamiento rápido de productos, además de realizar contribuciones a blogs y redes específicas donde sus amigos han participado.
Y aquí empiezan los problemas: ¿cómo medir la influencia online? En realidad se trata de la evolución de la monitorización de las conversaciones. Medir el sentimiento es complicado por el contexto demográfico de los implicados. Por un lado es difícil cuantificar en qué medida una acción como hacer un like en Facebook o un retweet en Twitter han motivado o no una decisión final. Por otro lado comparar entre sí los efectos en la influencia online de un like, un retweet, escribir un comentario en un blog o mencionar en una entrada de blog puede resultar una tarea inabordable. Además, hablar sobre un tema no implica una venta necesariamente, aunque sí es cuantificable. Como podemos encontrar en varias referencias, la influencia es contextual y no tiene que ver con los seguidores, hay que examinar la micro escala y dejar de lado la macro escala, el alcance o la amplificación ya que no hay herramientas que verdaderamente midan eso. En general, hay que distinguir influencia y audiencia. Los famosos tienen una gran audiencia pero poco poder para afectar a la toma de decisiones. Por otro lado hay verdaderos expertos en un tema que no cuentan con una gran audiencia pero sí gran influencia. Como lo describió Seth Godin: Small is the New Big. Cuando trabajamos con medios convencionales la practica común es asociar audiencia a influencia ya que no existen muchas herramientas para comprender los fundamentos de la toma de decisiones. Extrapolar esta igualdad a los medios sociales es un error gravísimo ya que las conversaciones online están basadas en la calidad más que en la cantidad.
Uno de los mayores expertos en reputación online, Oscar del Santo, escribía recientemente una entrada en su blog sobre el auge de los medidores de influencia. En dicha entrada destaca que al contrario de lo que sucede en las campañas de marketing tradicional, los resultados al utilizar medios sociales son acumulativos, por lo que la reputación online y el personal branding son nuevos caminos a tomar sin posibilidad de marcha atrás. Un aspecto no entendido y que es causa común de insatisfacción es que es necesario distinguir influencia offline y online. Al medir la influencia online se trata de medir cómo se dispersa el contenido por las distintas redes sociales, más allá de cuantificar retweets, menciones, +1 o likes. Hay varias alternativas para medir la influencia, según se contemplen métricas mas o menos cercanas al mundo convencional. Peerindex es quizás el más cercano a la realidad y muestra una calificación obtenida a través de métricas como autoridad, resonancia, audiencia o actividad en distintos temas de interés, aunque no utiliza demasiadas redes para recuperar las interacciones. Por otro lado, Kred se basa en la transparencia, ya que además de una fórmula pública para calcular la calificación final en base a la influencia y alcance de un usuario en Twitter (por el momento), es posible consultar todas las operaciones que han dado puntos y permite incluir pruebas de la influencia en el mundo offline enviadas a través de correo electrónico a los desarrolladores de la aplicación. Pero sin duda el que resulta más atractivo y más criticado a la vez es Klout (en inglés informal significa poder o influencia y fonéticamente se escribe klout). Se trata de una herramienta que permite calcular de forma unificada una puntuación sobre la influencia online a través de la actividad de un usuario en varias redes sociales, que incluyen a generalistas como Facebook y Google+, a otras más específicas como LinkedIn, blogging o microblogging como Blogger, WordPress, Tumblr y Twitter, de fotografía como Flicker, Instagram, música y vídeos como last.fm o YouTube y de geolocalización como Foursquare, de la que ya hemos hablado en más de una ocasión. Precisamente de esta red toma algunas de las ideas que lo hacen especialmente atractivo y a la vez criticado: es posible conseguir condecoraciones por determinadas acciones realizadas en Klout, como entrar frecuentemente, conceder crédito (+K) a personas de influencia o crear listas de temas y personas influyentes. Como dice Oscar del Santo estamos empezando a medir influencia y reputación online y es la tendencia a pesar de no ser fiables.
Personalmente Klout me parece una apuesta interesante diferente al resto de indicadores y herramientas. El hecho de que funcione en parte como un juego y lo haga competitivo resulta fundamental para la gente que está empezando o que quiere evaluar si una estrategia online de acercamiento a una comunidad está funcionado o no. Otro de los elementos que lo hacen sumamente atractivo es que proporciona una API para desarrollar extensiones o aplicaciones propias, lo que ha permitido incorporarlo de forma estándar a herramientas como Hootsuite o como plugin en Twitter. Agrupar en un único número la actividad en varias redes sociales es muy atractivo, más si tenemos en cuenta los planes de expansión a otras redes y las que actualmente contempla. Como se ha recalcado en diferentes medios, se trata de una herramienta para buscar influencia online, actividad en la red, es decir, cómo el contenido se dispersa y quién lo hace realmente bien sobre un tema concreto, por lo que independientemente de si lo que mide realmente es la influencia o no, aporta valor. Una de las posibilidades inmediatas que ofrece es la posibilidad de acceder a determinados premios a modo de incentivos, cerrados a un conjunto de usuarios influyentes en un tema concreto y cuya calificación otorgada sea superior a una cantidad. Esto permite dirigir campañas de marketing a un grupo de personas influyentes en el mundo online muy segmentado lo que hace de Klout una utilidad muy atractiva por encima de otras críticas. La mayor parte de dichas criticas se refieren a la falta de transparencia en el cálculo de la calificación final otorgada, la limitación en cuanto al número las redes sociales monitorizadas y fundamentalmente en cuanto a falta de privacidad al aparecer actividad en redes supuestamente configuradas con nivel de privacidad alto y dificultades en darse de baja del programa. Además, Klout realiza recomendaciones para mejorar la puntuación, informando de la actividad y resultados obtenidos por otros usuarios, lo que parecía una invitación a alejarse de usuarios con Klout bajo.
Otro de los elementos diferenciadores de Klout es cómo se han hecho hueco para ser considerados como ellos mismos dicen «el estándar de influencia». En la foto de la derecha podemos ver a Megan Berry, Marketing manager de Klout en una fiesta celebrada en Texas como evento de presentación de la herramienta. No es la única ya que como podemos ver en la retrospectiva de su web, durante este año no sólo han desarrollado la herramienta sino toda una cultura/comunidad a su alrededor. En una entrevista realizada a Megan Berry, explicaba qué es influencia para Klout y cómo se medía. De esa entrevista se deduce que si bien no queda claro qué mide realmente, puede utilizarse para comprender como se propaga un mensaje. Klout define influencia como la capacidad de motivar una acción en medios sociales. Esa influencia se compone de tres métricas principales, el alcance real, la amplificación y la red, cuyos valores se miden diariamente en función del número de gente que se influye, cuánto se influye y la influencia de aquellos involucrados por mi acción. A pesar de aportar casos de estudio de marcas que usan Klout e indicar qué significa influencia y cómo está calculada la puntuación final, Klout sigue teniendo sus detractores que argumentan la falta de transparencia en la puntuación, las bajas puntuaciones obtenidas por gente influyente en el mundo real cuya actividad online es nula y la reducción a un número de la influencia, etiquetando a las personas por un número. La crítica más constructiva realizada a Klout es que toma como medida de la influencia la actividad en la red, con independencia de la calidad de dicha actividad. La influencia depende de cuánto converses no de cuanto hables, aunque en Klout eso no se tiene en cuenta de forma directa. En boca de su CEO, Joe Fernández, todo el mundo es experto en algún tema y Klout permite medir esa influencia online. La media es una puntuación de 20, 30 es considerado influyente y a partir de 50 se considera élite en ese tema. Tener una puntuación alta es atractivo por muchos motivos, pero como dice su CEO de forma inmediata para tener acceso a los incentivos (perks). A pesar de que reducir la influencia a un número es peligroso y complicado, esta puntuación es pública y empieza a formar parte de los currículum vitae que se manejan en el entorno online.
Sin duda las mejores aportaciones que realiza Klout al mundo de la influencia online es que además de agrupar la actividad en distintas redes sociales en un número, nos asigna temas en los que somos influyentes y que podemos modificar y que nos permite crear nuestra propia lista de personas, a modo de círculo de influencia, que pueden recibir u otorgar crédito (+K) sobre los temas elegidos. De esa actividad, además de la puntuación final, se nos situará sobre una matriz de influencia reconociendo así nuestra labor de socialización. Como dice Mark W. Schaefer, autor del libro próximamente a la venta “Return On Influence: The Revolutionary Power of Klout, Social Scoring, and Influence Marketing” tal vez Klout no sea el estándar de la influencia, pero sí hay una cosa que hace bien: medir cómo se mueve el contenido por la red y cómo reacciona la gente ante él. Por tanto, no sólo estamos etiquetados por un número sino por un estilo en nuestra forma de interactuar con los medios online, el cual podemos ver cómo evoluciona de acuerdo a nuestros intereses desde mero observador hacia explorador o aficionado y de estos a especialista o investigador en sus perfiles más extremos. Schaufer indica cómo podemos incrementar nuestra puntuación con siete sencillos pasos: construir una comunidad comprometida con nuestro mensaje, crear contenido interesante para ser compartido, comprometer a la audiencia con el diálogo, ser consistente y no buscar atajos, interactuar con toda la comunidad independientemente de su puntuación, publicar en diferentes redes y por último no darse por vencido si las puntuaciones no son las esperadas. No olvidemos que la monitorización es continua por lo que disponemos de todos los elementos a nuestro alcance para probar distintas estrategias, temas, contenidos y redes para producir el resultado esperado.
El personal branding como ha sido descrito por Dan Schawbel en su libro «Me 2.0: 4 Steps to Building Your Future«, se ha convertido en un elemento imprescindible para fijar la estrategia online y offline de cada uno de nosotros. Como comentaba hace tiempo en una entrada del blog sobre social media aplicado al empleo los departamentos de RRHH consultan en redes sociales profesionales o generalistas buscando información sobre nuestra actividad en la red. No se trata de descartar condidatos sino de incorporar el talento a sus centros de trabajo, por lo que construir una puntuación alta en Klout puede servir para llamar la atención sobre nuestros perfiles a muchas empresas. El acceso a un puesto de trabajo es cada vez es más complicado y las empresas necesitan información de la idoneidad de una persona a una posición que con toda probabilidad será cercana al mundo online. La monitorizacion de candidatos es una práctica cada vez más extendida y los resultados de dicha monitorización según muestra el informe son muy interesantes.
La puntuación de Klout o el estilo de interacción según la matriz de influencia no sólo es interesante para buscar trabajo o seleccionar candidatos, también lo es para acercarnos a los clientes de nuestro producto o servicio. La abundancia de canales hace que sea complicado que nuestro mensaje llegue adecuadamente a los clientes. No basta con estar en las redes sociales, debemos comunicar eficazmente. Necesitamos conocer el producto y las personas a las que dirigimos el mensaje, de esa forma conseguiremos emocionar e influir al cliente. Sólo a través de estos dos objetivos es como entregamos a nuestros consumidores la verdadera personalidad de nuestra marca y los valores que la definen. De nuevo Klout puede ser de utilidad no tanto por la puntuación sino por el estilo de interacción online asignado. Ese estilo nos define en nuestra forma de participar en las redes y puede servir para enfocar el mensaje en la forma que sepamos que más influye a cada uno.